lunes, 16 de enero de 2012

Issac y el libro azul: interludio 1

Hay estaba el hombre, danzando en la oscuridad, 
acompañado del silencio y una muy falsa sonrisa,
se cree las cosas que ella le dice y el horror pasa,
la oscuridad lo quiere matar y el de ella se enamora.

"baila y baila en tus pensamientos hombre aburrido,
que nadie se entere de tu dolor, conviértete en siego,
abre la puerta y tus emociones, déjame pasar amado,
cuando seamos uno sabrás lo que es estar contento.

vamos muchacho, baila, baila conmigo..."

Issac y el libro azul - Capitulo 1: Paranoico!

Solo, distante, un poco despreocupado, algo extraño… así era yo, no destacaba mucho entre mi familia, pero en ese entonces era distinto, me acababa de mudar de la casa de mis padres a mis 23 años. La casa era muy amplia, tenia una sala, dos habitaciones, una la ocupaba como mi dormitorio y la otra solía ser mi “cuarto de invitados”, pero a su tiempo se convierto en un cuarto lleno de libros y muebles viejos que mi madre quería que yo tuviera para adornar mi casa, a mi no me gustaban y allí fueron a parar. La casa contaba con su baño y regadera juntos, que aunque solía limpiarlos, las paredes estaba descuidadas, se notaba que la pintura estaba a punto de caerse y dejar los muros descarapelados, en el comedor y la cocina, que estaban unidas al igual que los baños, en esta avía unas alacenas grandes en las paredes y un fregadero junto a la ventana que daba al patio, al igual que la puerta que estaba a solo unos pasos.

Toda el piso de la casa estaba completamente cubierto de un vitropiso blanco que solo relucía los días que me daba un tiempo para trapear, yo pensaba –no esta nada mal - pero todos esos pensamientos alegres se iban cuando salía al patio, donde tenia que usar la lavadora, el patio era excesivamente grande, tenia un área de jardín llena de arbustos y en su centro un aterradora escultura d un mono sentado, con una mano en su mentón  la otra en su rodilla(simulando ser la obra de Auguste Rodin “El pensador”). Avía ocasiones en las que esa escultura me asustaba al momento de lavar los trastes en el fregadero de la cocina y mirar de reojo por la ventana. Pero no era solo eso, sino el aura oscura que venia de ese lugar, era algo extraño… como el miedo a la oscuridad, sabiendo que no hay nada allí afuera uno sigue temiéndole.

En ese entonces yo trabajaba en una empresa de juguetes para bebes, no me gustaba mi trabajo, pero mi padre era el dueño, así que lo tenia asegurado. Con mis compañeros era distante, al igual que con mis vecinos, era alguien apartado del mundo. Las novias con las que avía andado solo eran mis novias por el hecho de satisfacer mis necesidades corporales y a ninguna la avía tomado en serio, así que ellas me dejaban o yo a ellas.

Vuelvo a lo mismo, siempre fui alguien solitario, aquel día salí de la empresa temprano, eran las 6:15 de la tarde, si que pase por la biblioteca y busque algo que me interesara, vi muchas portadas y hojee muchos libros, pero solo uno de ellos me llamo la atención, un libro azul muy chico, lo tome y vi el titulo “existencia”, normalmente no me gustaba leer libros filosóficos pero por algo este me llamo la atención, lo abrí buscando el autor, pero lo que encontré fue un “anónimo” y no tenia fechas de impresión ni nada por el estilo -me lo llevo- pensé y así fue, “existencia” y “el perfume” de  Patrick Süskind, me acompañaron a casa.

Llegue a mi hogar a las 9 de la noche por el trafico. Cuando entre, inmediatamente me quite mi saco, prendí mi computadora y puse música de Ludwig Van Beethoven subiendo todo el volumen de las bocinas. Cocine un filete de res y un par de huevos de gallina, los acompañe de un baso de tequila -hahaha la carne es débil- pese. La comida se paso rápido, como todo lo bueno, así que fui por los libros, pero solo tome el libro azul, pues este me causaba una gran curiosidad. Volví a la cocina y me senté en la misma silla, hice un gesto de alegría cuando escuche que el reproductor de la computadora empezó a tocar “claro de luna” del maestro Beethoven y sin más abrí el libro azul y comencé a leer.

Entretenido, enganchante, misterioso, crudo, desesperante, bizarro, angustioso, detestable… y de repente…nada, sin recuerdos, solo sé que lo que encerraban esas palabras me devoraba el alma, eran palabras que lo contenían todo y a la vez nada, las palabras de un bebe al saber se su existencia, las palabras de dios al nacer y mis palabras al morir…  eran palabras de creación o eran palabras de inexistencia total… las palabras  que olvide.

Recuerdo que baje el libro para no ver mas y el sudor de la desesperación cubría mi cara, una gota de sudor bajo de mi frente asía uno de mis ojos sacándome del trance en el que me hallaba, me pare y tomando el libro fuertemente con mis manos lo arroje contra la pared fuertemente, gritando insultos y maldiciones. Retrocedí y me acerque al fregadero, abrí el grifo a la vez que metía mi cabeza al chorro de agua fría que salía de la llave…-oh, gracias a dios!- exclamaba al momento de retirar mi cabeza del agua que seguía fluyendo de la llave, ¿por qué me sentía así? Me avía tranquilizado ya, pero ¿por qué me avía puesto de ese modo? Trate de recodar en el momento en que cerraba el grifo  del agua y miraba de reojo a través de la ventana la silueta de de esa escultura odiosa, pero avía algo diferente, avía una silueta oscura, era de noche y yo siempre tenia las luces prendidas del patio, así que no podía haber sombras de la escultura.

Me aterre, así que gire rápidamente mi cabeza y alcance a ver como aquella silueta se escondía rápidamente en los arbustos, me alarme, no sabia que hacer, así que corrí hacia la puerta del patio y le puse seguro, volví a la ventana, con una voz entre cortada comencé a gritar –quien esta allí?!... sé… que hay… alguien allí…. Salga de una vez!- pero no pasaba nada, los arbustos seguían imperturbables, solo a excepción de la brisa de la noche que los mecía un poco, solo un poco, pero lo suficiente para que yo entrara en pánico, pensé en llamar a la policía y estaba a punto de hacerlo cuando escuche un sonido muy fuerte “clock”, este provenía del interior de la casa, me quede helado, estire mi mano así el fregadero y tome  un cuchillo  sucio que estaba entre los pocos trastes que no avía lavado… comencé a caminar y pase al lado de la mesa, rodee un poco para no pisar algo que avía lanzado por ese lugar, pero savia “el que”…

Así que crucé la puerta y me encontré con una sala vacía… mire asía la puerta de mi habitación y la música seguía sonando, cambie el cuchillo a mi mano izquierda y metí la derecha en mi bolsillo, saque mis llavero, tenia casi todas las llaves, solo me faltaba la llave del cuarto de invitados, así que me hacer que al baño, que era la habitación mas cercana y con el llavero en mano tome la llave correspondiente, la puse nervioso en la cerradura de la perilla, recuerdo que mi cuerpo temblaba, empuje rápidamente la llave a través de la cerradura y una ráfaga de adrenalina se  desencadeno en mi, gire rápidamente -si alguien o algo estaba allí adentro no podrá salir- me decía a mi mismo, mientras sacaba la llave sigilosamente y volteaba a ver la siguiente puerta, siempre con el cuchillo en mago... asia mi habitación.

Avia dejado la puerta entre abierta para escuchar la música, -tendré que cerrar rápidamente la puerta y cerrarla con llave, tal vez no pueda… pero tengo que poder- me decía a mi mismo como quien charla en el espejo por las mañanas, Di un paso, uno mas, mis ojos casi se salían de mi cara, quería verlo todo, cuando estaba suficientemente cerca pise algo sube, como un cojín que me hizo tropezar, n tuve tiempo, corrí como nunca y tome la puerta, deje caer el cuchillo para sostener la perilla por si “algo” quería abrir la puerta, con mi otra mano busque la llave y cuando la encontré la metí en la cerradura y gire…. Voltee por si algo estaba detrás de mí, mientras me agachaba para recoger el cuchillo del suelo, saque la llave y en ese momento sabia bien que, si avía algo en la casa, ya estaba enterado de que lo estaba buscando.

Así te como pude me arme de valor y me puse en frente de la habitación de invitados, estaba a punto de entrar cuando pensé en el sótano y el ático, era mas lógico creer que si alguien quería meterse a mi casa a robar lo haría por el patio, el único lugar por donde puedes entrar al sótano y al ático, que curiosamente quedan arriba y debajo de las habitaciones. Sentí un gran alivio, pero aun así quise revisar, no quería dejar nada a la suerte.

Gire la perilla, di un paso así adentro, con el cuchillo alzado por delante de mi –quien anda allí?!- pero no hubo respuesta, -quien anda allí?-nada… solo el silencio, pero de repente se escucho algo, como si movieran uno de los libreros viejo que estaban allí, yo retrocedí un poco, sabia que allí avía algo, lo podía sentir desde que estaba en la cocina, después de que haber….haber que?...sabia que avía un hueco en mi memoria y me mantenía intranquilo, pero yo seguía concentrado en lo que tenia en frente de mi, pero lo que paso después me saco de lugar, los libros comenzaron a moverse y de entre ellos y el librero salió algo que no era ni un demente, ni un monstruo, Salió una pequeña niña pelirroja de unos 6 años, que vestía con una pijama y que sollozaba asustada.
Mis ojos ni daban crédito a lo que veía, pero esa sensación de peligro no desaparecía…

-quien eres y que haces aquí?- pregunte con voz fuerte.

-mmm… me estaba escondiendo- dijo la niña con una voz muy dulce, mientras agachaba la cabeza como arrepentida de algo.

-de que te estas es…- dije mirando mi mano que sostenía el cuchillo, deje el cuchillo encima de un ropero que estaba al lado de la puerta y le dije- ven, acércate, vamos… no te hare daño.

-no!- decía mientras retrocedía.

-que pasa? no te hare daño, dime como te llamas.

-Melisa hope...- dijo tímidamente con la cabeza aun mirando al suelo y de vez en cuando me veía a los ojos.-no quiero salir, él me quiere comer- dijo señalando con su dedo atreves de mi, apuntando a la puerta de salida.

Me gire, vi las ventanas y la puerta de entrada, camine asustado, pude ver que lo con lo que avía resbalado  antes era un oso de peluche -es de esa niña-, me acerque  a la ventana, moví la cortina  y allí estaba, era la primera ves que la veía, su inexistente forma, era lo que temía desde antes, lo que me mantenía sumergido  en esa sensación de horror… una oscuridad total donde debían de estar las calles iluminadas por las lámparas  y un gran  vacio donde debería estar mi estomago…. Que estaba pasando? que era esta oscuridad? 

Continuara...